Un hombre quiere colgar un cuadro. El clavo ya lo tiene, pero le falta un martillo. El vecino tiene uno. Así, pues, nuestro hombre decide pedir al vecino que le preste el martillo.
Pero le asalta una duda: ¿Qué? ¿Y si no quiere prestármelo? Ahora recuerdo que ayer me saludó algo distraído. Quizás tenía prisa. Pero quizás la prisa no era más que un pretexto, y el hombre abriga algo contra mí. ¿Qué puede ser? Yo no le he hecho nada; algo se le habrá metido en la cabeza.
Si alguien me pidiese prestada alguna herramienta, yo se la dejaría enseguida. ¿Por qué no ha de hacerlo él también? ¿Cómo puede uno negarse a hacer un favor tan sencillo a otro? Tipos como éste le amargan a uno la vida. Y luego todavía se imagina que dependo de él. Sólo porque tiene un martillo. Esto ya es el colmo.
Así nuestro hombre sale precipitado a casa del vecino, toca el timbre, se abre la puerta y, antes de que el vecino tenga tiempo de decir «buenos días», nuestro hombre le grita furioso:
-¡Quédese usted con su martillo, estúpido!
A.J.M.
¡Ja ja, buenísimo Adrián. Me haz hecho reír un montón!. Lo que es la autosugestión, no?
ResponderEliminarMuy buena entrada.
¡Besos!.
Muy bueno, y real, a veces la mente va adelante de las acciones. Un fuerte abrazo
ResponderEliminar!Cuàntas veces nos sucede! Puede aplicarse a todo, al amor ( no hablar por pensar en el rechazo anticipadamente) al rendir un examen ( lo que se llama el autobochazo) en una entrevista laboral, etc, etc.
ResponderEliminarExcelente relato donde se demuestra que la mente es en ocasiones, nuestra peor enemiga.
Te dejo un cordial saludo desde Mendoza
Me ha gustado mucho, Adrián.
ResponderEliminarEl final cierra perfectamente y me ha hecho reir.
Es cierto que somos únicos dandole vueltas a los posibles pros y contras y que muchas veces todo es mucho más sencillo en realidad.
Un abrazo grande.
Jajajaja te tengo que felicitar por el escrito, amigo. Me ha encantado.
ResponderEliminarY es muy cierto que todas las posibilidades nos pasan por la cabeza antes de realizar una acción. Al final (y a veces) nuestra propia paranoia puede con nosotros y termina por descartarlas todas xD.
Encantado de pasarme por aquí otra vez! Abrazos.
Jajajajajajajaja,no puedo parar de reirme!!!!jajajajaja,los pros y los contras de toda situación...,jajaja.
ResponderEliminarMe pregunto¿no sería mucho más sencillo,pedirlo directamente a cualquiera,y esperar la respuesta del otro??,total el "NO" lo tenés de movida,y el "SÍ" se charla....
Besos Adrián siempre tan ocurrente vos!!!
Ambar...
Muy bueno lo de este cantamañanas.El final chachi.
ResponderEliminarSaludos
La mente nos predispone ante las situaciones;claro que esto es un caso extremo e hilarante,cómico;pero deja entrever el inquietante poder de la autosugestión.
ResponderEliminarMe ha recordado al genial Groucho Marx en "Sopa de Ganso"que he revisionado hace poco.
Un abrazo y felicitaciones por el blog.
@SOLEDAD BENÏTEZ
ResponderEliminarQue bueno, Sole. Si tiene ese toque de comicidad, pero es verdad lo que decís acerca de la autogestión, parece que a este hombre lo dominó por completo.
@SOLO DE INTERES
ResponderEliminarGracias querida amiga, se le adelantó casi corriendo y apurada a este hombre no? Un gran abrazo.
@Mariela Marianetti
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, sucede en aquellos momentos en la que nuestra confianza en nosotros mismos se desliza nivel tras nivel alcanzando la autoestima y llenándonos de preguntas innecesarias para cubrir aquellas inseguridades. Mejores ejemplos imposible, Mariela,
Un gustazo leerte.
@Ambar
ResponderEliminarJaja ¡que bueno! Es cierto lo que decís, lo que ocurre es que parece que a este hombre le sucede lo mismo que a aquel jóven tímido que entretejía telarañas y quedaba atrapado en la negación para evitar hablarle a la chica que tanto le gustaba.
@Felipe
ResponderEliminarJaja muchas gracias,
Un abrazo.
@Valleduart
ResponderEliminarEstimado, me resultó interesante lo natural que se vé el poder de nuestra mente con aquella mezcla entre lo cómico y lo real. Es una gran reseña a la que hacés referencia.
Es un placer que hayas pasado por aquí, tus poemas merecen ser disfrutados de la misma manera.
Un gustazo y otro abrazo para vos también.
Eso es lo que pasa cuando queremos las respuestas anticipadas y nos las tenemos que dar nosotros mismos,. A mi alguna vez me ha pasado algo similar, aunque no tan exagerado, jeje.
ResponderEliminar@Mar
ResponderEliminarJaja, el caso de este señor es bastante exagerado.
Pero también es un buen punto al que te referís es otra forma de ver las cosas diciendo exactamente lo mismo.
Un fuerte abrazo.
Y es que nuetra mente es nuestra peor enemiga. Las cosas de la razón se vuelven en nuestra contra y como el caso que nos cuentas, juzgamos a los demás según nuestros propios pensamientos. Solemos no conceder el beneficio de la duda a nuestros semejantes...
ResponderEliminarUn abrazo
Jajaja, me hiciste de reir con ganas...la que puede armar alguien en su mente, prejuzgando todo, siendo un inseguro...probre vecino...jajajja es q me da risa. Un besote enorme. Uru.
ResponderEliminar@Felix Casanova
ResponderEliminarEstimado, ¿Qué mejor descripción que lo última que escribiste?: "Solemos no conceder el beneficio de la duda a nuestros semejantes". Impecable.
Siempre reflexivo a inteligente, Félix.
Un fuerta abrazo.
El relato refleja perfectamente lo que me pasa a mi en muchas ocasiones... me has hecho reirme de mi misma (y sigo jajajaja).
ResponderEliminar;)
Mi querido Adrián, que sepas que es el primer blog que visito en días!
ResponderEliminarMe gustó mucho esta breve historia en la que recojes de manera certera y hasta chusca el conjunto de preguntas y la forma en la que solemos predisponernos ante determinadas situaciones. Me sentí muy identificada porque muchas veces yo soy así (claro, sin la reacción del final)
Un beso con cariño, amigo
@Tani
ResponderEliminarQuerida, ya sabés que es un gran orgullo leer tus palabras. Siempre con tan bellos halagos, no haces más que seguir avivando esta llama que todo lo quiere compartir con ustedes.
Despreocúpate que a mi también me pasa, es que refleja nuestros miedos e inseguridades a ser engañados hasta con esas mínimas cosillas.
Atrapa este gran abrazo para vos y el mejor de los fines de semana. Así será, querida amiga.
Hola Adrián,
ResponderEliminarsi muchas veces somos nosotros que seramos las puertas...
Un abrazo.