Nos encontrábamos caminando por la playa allí nos cruzamos a un anciano, solitario, pensativo, concentrado, que recogía las estrellas de mar que la marea arrastraba hasta la orilla. Nos acercamos , curiosos, y observamos como las estrellas que lanzaba de nuevo al mar volvían a la orilla, pero él las recogía y las volvía a poner en el agua.
"Lo hace para que no mueran", pensábamos intuitivamente mientras nos acercábamos.
Entonces rompimos el hielo y nos animamos a preguntarle.:
-¿Por qué recoge las estrellas de mar, si luego regresan a la orilla? No tiene ninguna importancia.
Se giró, sonriente y amable, agarrando una estrella de la orilla y lanzándola al mar, nos respondió con entusiasmo:
-¡Para ésta sí ha tenido importancia!
A.J.M.
Entonces rompimos el hielo y nos animamos a preguntarle.:
-¿Por qué recoge las estrellas de mar, si luego regresan a la orilla? No tiene ninguna importancia.
Se giró, sonriente y amable, agarrando una estrella de la orilla y lanzándola al mar, nos respondió con entusiasmo:
-¡Para ésta sí ha tenido importancia!
A.J.M.
Qué hermoso relato Adrián!!!
ResponderEliminarPor supuesto que la persistencia como la del anciano de tu historia salvará a la humanidad!!!
Porque salvando a todas las especies vivientes, salvaguardando nuestro planeta, nos estamos salvando nosotros mismos.
Excelente post. Con una gran enseñanza y generador de toma de conciencia.
Me encantó!!
Un gusto como siempre, leer Panorámica del Observador!!
Saludos y un beso a todos.
Lau.
@Laura de Bife
ResponderEliminar¡Si vos sabrás de persistencia ante la vida! Me pone muy contento leerte por aquí.
Si, la perseverancia atada a nuestros ideales humanos son capaces de salvar y generar vida.
Un afectuoso abrazo.
¿Yo perseverante????,nooo,eso nunca,jajajaja.
ResponderEliminarMe encantó tu post!!!!cómo siempre sos magistral!!!!!
Viva el universo,y que quede en manos de los PERSEVERANTES!!!!!!
Que tengas una noche mágica,y muy dulces sueños.
Ambar...
Me encantò el relato Adriàn. Un ejemplo de perseverancia y Fe que ojalà todos pudièramos seguir.
ResponderEliminarHermoso y conmovedor.
Un cordial saludo desde Mendoza
Adrian...
ResponderEliminarHermosa lección la del anciano. El hecho de salvar una vida "sólo una" ya nos engrandece como raza. Ahhh, si todos aprendieramos de él. Nos fijamos mucho en las estadísticas globales, pero detrás de cada número hay una personita, un sentimiento, como una estrella que quiere volver al mar. Si cada uno lo hacemos, sobreviviremos muchos siglos...
Un abrazo
Hola Adrián.
ResponderEliminar¡Una entrada buenísima!.
Todo lo que hagamos para ayudar a alguien, o para contribuir de alguna manera con el mundo en que vivimos, por muy pequeño que sea, siempre va a ser muy valioso.
Gracias por compartir este relato.
Te mando un besote.
Me encantan tus relatos, Adrián.
ResponderEliminarMe has hecho recordar al Coronel Buendia y sus pescaditos de oro.
Efectivamente a veces puede parecer que nuestros actos son inútiles pero lo importante es lo que nos suponen en lo personal y lo que, a la larga, pueden suponerle a los demás.
Un abrazo grande.
(La imagen, como diría mi suegra: ¡es una pasada!... me encanta, mucho, mucho)
Hermosísimo relato.Con una gran brevedad se da toda una lección de vida y sentimiento.
ResponderEliminarUn fuertea brazo,Adrián
Solo puedo decir...."así sera porque si no.."
ResponderEliminar@Ambar
ResponderEliminar¡Tu energía positiva desborda en cada uno de tus comentarios! ¡Son una perseverancia indisolubles!
¡Gracias querida amiga, la magia es compartida!
@Mariela Marianetti
ResponderEliminarHe recibido tus saludos y ya cálidos en este comienzo de primavera.
Definitivamente estos hechos por más pequeños que sean y sencillos que parezcan, son gestos que se verán en un mañana mucho mejor.
@Felix Casanova
ResponderEliminarEstimado, absolutamente de acuerdo.
Al perseverante solo le hace falta alzar el brazo y al curioso simplemente imitar. Si tanto alabamos el brillo de nuestras estrellas, no las dejemos morir.
Un fuerte abrazo.
@SOLEDAD BENÏTEZ
ResponderEliminarAmiga, es cierto, no hace falta ser un genio o un premio nobel para ayudar a nuestra humanidad o a nuestro prójimo, las pequeñas acciones son las que valen.
Otro beso para vos.
@7 letras
ResponderEliminarEstimada amiga, gracias por observar el detalle de la imagen. Rescaté el hecho de su nado de aquella estrella que parece querer llegar a su modo al fondo de aquel azul océano.
Por suerte, personas como vos y los chicos que han dejado comentarios, están de acuerdo en que los pequeños gestos ayudan, aunque no hagan bullicio, el tiempo siempre nos premiará.
Un gran abrazo, y muchas gracias por prestar tu mirada.
@Felipe
ResponderEliminarAdmito enaltecer la sencillez, pequeñeces en los gestos y pensamientos y también en la brevedad. No todo es tan complicado y grandes cosas pueden suceder con nuestras pequeñas acciones.
Otro gran abrazo, para vos.
Precioso relato querido Adrián, es una lección...merece la pena salvar una vida , ya nos compensaría la nuestra. Amoroso anciano. Un besote enorme. Uru.
ResponderEliminarMi querido Adrián, ya lo sabes me tienes encantada como siempre con la madurez, sensibilidad y sabiduría de tus breves escritos con los que logras transmitirnos mensajes y hacernos reflexionar sobre las cosas sencillas, pero esenciales de la vida.
ResponderEliminarUn beso lleno de cariño para ti, mi amigo.
Con perseverancia todo se consigue.
ResponderEliminarUn beso
nela
Muy bueno, corto, preciso y transmite un gran mensaje. Me gustó mucho...
ResponderEliminarYo, sin embargo debo decir que hubiera dejado que mueran algunas estrellas de mar mientras resolvía como elevar la marea. Cuando luego me encuentre conque eso es físicamente imposible habré perdido tiempo y habré dejado morir muchas estrellas de mar. Entonces sí, arrojaría algunas al mar, pero me cansaría rápidamente...
Luego me lamentaría por las estrellas de mar perdidas, a la orilla, sin tocar el mar...
Sin duda mi segunda pregunta hubiera sido: ¿De dónde saca ganas para seguir arrojando estrellas de mar, al mar?
(Sí, soy un eterno pesimista... XD)
Un abrazo!!
Adrián, este tipo de historias hacen que cada día pongamos más fuerza e interés en nuestro trabajo y en nuestros seres queridos.
ResponderEliminarUn abrazo.
@Tani
ResponderEliminar¡Cuanta congoja y alegría y placer me resulta leerte , estimada y querida amiga! Siempre desborando cariños por todos lados y te puedo asegurar que llegan.
Por otro lado, es un objetivo que me he impuesto, ser breve, sencillo y muy directo, ojala pueda seguir por estos ideales.
¡Gracias por acompañarme, Tanita!
Un gran beso para vos.
@Memiliano
ResponderEliminarJaja, me ha encantado tu mensaje.
Dejame decirte que en realidad, personalmente, no considero que seas pesimista, sino muy racional por encima de considerás que es correcto.
Yo creo que el solo hecho de escuchar una propulsión de energía humana con destellos de nuestra alma y pureza, dejaríamos de lado las preguntas y simplemente lo haríamos.
De todas formas entiendo tu punto de vista, el cual sin duda alguna demuestra lo humano que somos deteniéndonos un instante a conocer donde estamos parados antes de dar el paso inicial.
El hecho, caballero, es que vos hubieras lanzado una estrella de mar y eso... es amar la vida.
Un abrazo y un gusto leerte.
@JRio
ResponderEliminarLeyendo tu comentario, me has dejado la sensación de he lanzado una estrella de mar nuevamente y eso me resulta invaluable.
La fuerza continuará , mi estimado.
Un gran abrazo.
Precioso relato, toda una lección.
ResponderEliminarFeliz finde.
Una bonita lección de vida, la de este anciano que con su acto nos ha dado un bonito ejemplo.
ResponderEliminarUn saludo.
@María
ResponderEliminar¡Bienvenida! Como casi todos los abuelitos, ¿no es cierto? .
Gestos que faltan en este mundo hostil.
Muchas gracias por prestar tu mirada y opinión.
Un gran saludo.